viernes, 19 de noviembre de 2010

Estás echo para mí. Como te puedo decir, te deseo a morir.  
Eres todo y mucho más de lo que siempre soñé.  
Perfecto para mí.   Por tu boca, por tus besos, siento una adicción.  
Tu mirada sin clemencia, me traspasa me atraviesa  
y desordenada mi cabeza.  
Nada se compara a ti, desde el día en que te ví,  
no hay segundos en los que no piense en tí.  
Desde que te conocí, no puedo vivir sin ti  
en el mundo nada se compara a ti.  
Ni el más dulce de los besos, ni el sin fín del universo,  
nada se compara a ti.  
Ni el más largo de los ríos, ni el más bello paraíso,  
no se comparan contigo.